No hay nada alrededor, no hay nadie
alrededor. ¿Qué me mantiene vivo?
Todas las cosas son tan frágiles,
tan efímeras… todo se diluye con el tiempo. Parece que ahora toda promesa tiene
un significado baladí tácito. El hombre busca siempre tener una mano de apoyo a
su lado, una persona no puede permanecer ausente de la sociedad, uno vive
tranquilo sabiendo que tiene a alguien en quien apoyarse en momentos difíciles,
creas todo un mundo alrededor de aquel que prometió con palabras extenderte el
brazo antes de que caigas. La lluvia aparece en tu vida, alzas la mirada y ves
aquel brazo, te sientes un poco aliviado, estiras el tuyo para alcanzarlo y ves
asombrado que tu mano atraviesa esa última
esperanza como si fuera humo, tu cuerpo
cae lentamente hacia lo profundo de la soledad. ¿Existe realmente la soledad? Siempre me
intrigó que todo enunciado de soledad tiene implicado que existe un “alguien”
más. Tal vez nunca podremos librarnos de ese alguien más en la definición de
soledad pero, me parece que la soledad más pura se siente al no encontrar
alguien con quien compartir de tu felicidad, de tu vida, de tu conocimiento.
Entonces…
¿Qué pasa cuando construyes tus
metas, tu camino, tu vida, alrededor de promesas líquidas?
Todo a tu alrededor es transitorio,
nada dura, nada vale la pena, nada te llena. La relaciones en este mundo no son
lo que yo esperaba, tal vez no he nacido en el mundo adecuado, tal vez en mi próxima
vida será mejor, tal vez será peor, no lo sé. Por ahora me encuentro solo.